En otra actualización más sobre el desarrollo de Alejandro, me gustaría hablar sobre un tema que creo que a más de un par de padres primerizos nos ha causado ansiedad, preocupación y demás. No sé yo si eso pasa con el resto de personas, pero a nosotros, en particular, nos ha venido bien un aparato que hemos conseguido por internet. Es un monitor de frecuencia cardiaca Fetal portátil. Este dispositivo, que prácticamente es un micrófono amplificado (escuchando a los 3 MHZ), sirve para poder escuchar, en casa, lo que normalmente podemos escuchar solamente al realizar un ultrasonido. Esto permite escuchar los latidos del corazón del bebé, así como muestra una estimación en pantalla sobre la frecuencia cardiaca que se presenta.
No obstante, es importante destacar varias cosas sobre esta clase de dispositivos. Quizá la más importante es que no es un dispositivo médico, ni sirve para realizar diagnósticos. En la mayoría de sitios donde vimos reseñas de esta clase de aparatos, creo que no se indica lo suficientemente claro este punto. Estos dispositivos son únicamente para darles a los padres y familiares algo más de tranquilidad en el embarazo. No tienen la misma tecnología ni capacidad de analizar a profundidad los latidos, e incluso, en ocasiones, lo que se muestra en pantalla no se corresponde siempre con lo que se puede escuchar (hemos escuchado que el ritmo cardiaco está relativamente normal, mientras que en la pantalla dice que el latido está a 61 pulsaciones por minuto, para luego corregir y volver a marcar 146 o 150, por ejemplo). Con todo y estos detalles, sí considero que si alguien está leyendo esto y ese alguien es como nosotros, que quiere conocer, tal vez de manera más frecuente que cuando visitamos el centro ecográfico, cómo está el corazón del bebé, es buena idea comprar uno de estos dispositivos. Los hay de muchos tipos, marcas y precios, y suelen rondar entre los 500 y 700 pesos mexicanos (hay otros más baratos, pero no puedo comentar en la experiencia).
El dispositivo consta básicamente de dos partes: Por un lado, tenemos una parte principal, donde se encuentran la bocina, la pantalla, 3 botones (2 para controlar el volumen y uno para encender y apagar), el apartado para las baterías y un cable que va conectado a un micrófono. Ese micrófono es lo que la mamá se colocará en el vientre. Es importante decir que al igual que en un ultrasonido regular, es necesario aplicar algún tipo de gel conductor, crema corporal o demás, para que la zona donde va a desplazarse el dispositivo no genere fricciones innecesarias ni cause incomodidad a la mamá.
El método de uso es también simple: únicamente se debe aplicar gel en el vientre, encender el dispositivo, e intentar encontrar al bebé. En cuanto se localice, el aparato comenzará a mostrar el sonido del corazón. Aunque Alejandro tiende mucho a escapar, en alguna ocasión lo hemos encontrado más quieto y nos ha permitido escucharle. También creo que es importante no abusar de este tipo de cosas. Creo que si bien ayudan a que uno pueda sentirse más tranquilo y hacer el embarazo más feliz, imagino que el uso excesivo de este método podría estresar mucho al bebé, que es algo que tampoco es muy deseable. En Particular, nosotros, como ambos tenemos discapacidad visual, decidimos, primero que nada, probar que el dispositivo funciona correctamente aplicando su sensor en el corazón de la mamá. Al ver que emitía sonido y que era constante, ahora sí, procedimos a comenzar la búsqueda de Alejandro.
Finalmente y para cerrar esta publicación, Leidy preparó un hilo en Twitter, explicando, en audios de la red social, esto mismo que acabo de comentar. A continuación puedes encontrar los 6 audios que conforman el hilo para que puedan seguirse.
— leidy andrade (@princes_pame) October 18, 2022
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